VERONIKA TE BAILA UN TANGO


En esta acción intermedia, Veronika o, mejor dicho, Camila, te baila un tango salvaje. Auténtico remake de “Susana y los viejos”.

Donde el culpable no es el que se desnuda sino el que mira. El que mira será grabado y mirado para siempre por mirar. El reservado no es privado, es un infierno digital que te lanza a lo público, al entorno social de la mirada pública digital, que se mezcla con la biografí­a de la contemplada, que es, en este, caso Verónica, la chica que asume haber hecho de su teatro del deseo su forma de vida.

Los análisis más complacientes del teatro del deseo exculpan a la Marí­a Magdalena arrepentida, alter ego femenino de todo salvador iluminado, pero la cultura nos arrastra a pensar que hay una culpa lavable que se vuelve inmaculada por el hecho de haber encontrado el camino aní­mico adecuado y otra imborrable que debe llevarse como condena ad aeternum dependiendo del sexo.

El feroz enfrentamiento de género se maquilla de seducción y la fatalidad del que mira le hace ser ví­ctima consciente de una imputación inconsciente entre semejantes.

Salomé interpreta un baile maldito y seduce para que se ejecute al que denuncia. Aquí­ somos a la vez San Juan y Herodes, dependiendo desde qué lado miremos a Verónica, que convenientemente ha separado a la ví­ctima y al verdugo de forma alternativa.

Este teatro del environnement se construye y modifica dependiendo de donde se desarrolle la acción, si el espacio es más canalla, el entorno mitiga la culpa ancestral, si está más “blanquificado”, se potencia el desasosiego del voyeur.

En este caso de espacio ambiguo de cárcel-museo, la idea del vis a vis, no puede por menos de estar presente entre nosotros, pues el espacio de vibración de testosterona masculina se documentaba en los posters de las celdas antes de ser sacrificada su aura en post del cubo blanco del museo.

El deseo estaba en la cabeza, la ensoñación presente. Vivamos entre estas paredes, durante un rato, entre la presencia muda de las celdas ahora deshabitadas, este giro infinito, esta luz extraña y esta mala letra de tango que Veronika hará buena solo
para ti.

¡Entra en el juego!

Fernando Garcí­a Malmierca
http://www.veronikamarquez.com/